Friday 24 February 2012

You are back!


Viernes, 17 de febrero de 2012
Primer día en Shishu, segundo en Kolkata, y ya es como si nunca me hubiera ido. Encuentro TAN normal estar aquí… luego lo reflexiono y entonces pienso que es un sueño, así que me pellizco, veo que es verdad, y ya soy feliz otra vez. Llevo todo el día con una sonrisita tonta, como encantada por la calle. Tengo que tener cuidado, porque muchos indios se han pensado que er para ellos y me la han devuelto.
Mi retorno a Shishu ha sido perfecto. Llegué la primera, tan temprano que no había nadie más, y yo ya no sabía cómo colocarme al cabo de diez minutos, deseando que alguien apareciera. Y justamente, ¿quién aparece por la puerta? ¡Regina! Asoma la cabeza, me ve, pasa de mí, da dos pasos, se da la vuellta, se me queda mirando, y de repente grita "¡Sara!" y viene corriendo a estrangularme. Fue muy gracioso.
Resulta que ese día era la encargada de llamar a las massis a rezar, con ayuda de una campanita de bronce, así que aprovechó la coyuntura para salir corriendo, arrastrándome del brazo, armando jaleo con el badajo ese y chillando a Neelam, mi niña prefe, que saliera. Neelam salió y vino corriendo también, y detrás asomó Pujita, una de mis favoritas que estaba en el grupo de baile, pero ella sólo se quedó mirando, sin atreverse a venir, así que me acerqué y le dije que si se acordaba de mí, y sonriendo me dijo, “You are Sara”. Dipali, mi segunda massi prefe, pasó sin verme, la llamé y se quedó parada también. Sister Joan of Arc, la hermana al cargo, dijo “¡You are back!” y ni se molestó en pedirme la tarjetita que todo voluntario debe presentar el primer día. Algunos niños pequeños, como Marelda, también se acordaban. Muchos se habían ido ya, y me dio mucha pena visitar las clases y no verlos.
Es curioso ver cómo quien nunca imaginaste te saluda por la calle: un rickshaw-wallah que aparca donde la Mother House, un sin techo que suele andar por ahí y al que le regalé una camiseta el año pasado… y hablando de la Mother House, qué ilusión entrar ahí esta mañana. No se puede describir; sólo lo puede entender quien lo haya vivido. Lo único malo ha sido entrar y que no hubiese ningún voluntario de los del año pasado, excepto dos con los que jamás hablé.
Por cierto, cuando fui a inscribirme para hacer voluntariado, la sister me propuso varias casas, pero yo le dije que quería Shishu Bavan, al menos durante un turno al día (hay dos, de mañana y de tarde). Es una petición egoísta, porque hay sitios en doonde soy más útil, así que hemos quedado en que el lunes volveré a apuntarme a algo de la tarde. Es que no concebía estar de voluntaria sin visitar a mis niños y a  mis massis; pero también soy consciente de que es el voluntariado más light que existe, así que, se me necesite donde se me necesite, a partir del lunes estoy ahí. No todos los voluntarios tienen la suerte de volver y que se les recuerde; la mayoría de la gente ayudada no tiene esa capacidad. Ni se dan cuenta de lo que les pasa alrededor.
Ahora no hay camas para raspar, así que no tenía muy claro qué hacer. Neelam le pidió a la sister que me pusiera con su grupo, así que allá me fui. Por supuesto según llegué revolucioné a los niños, y una de las massis me miró con cara asesina, en plan si esto es ayudar que venga Dios y lo vea, así que me abstuve de decirle a los niños que se callasen, porque sólo los revolucionaba más. Acabé enseñándoles los números, las partes del cuerpo, algunas flores (gracias aDios que venía el nombre en el libro, porque yo ni papa), y luego escribiendo el abecedario en pequeñas pizarras. Cada niño es un mundo. Tjoshny tiene las manitas y las piernas un poco torcidas, así que no puede agarrar la tiza; cuando la cojo en brazos se me queda toda relajada y yo ya la dejaría ahí para siempre. Dhulika es un poco sorda, y creo que si no te lee los labios no se entera mucho; cuando hace una cosa bien y le aplaudo, sonríe y es la niña más bonita del mundo. Vicky es de los más inteligentes, pero suele pasar de la profe de turno. Es hiperactivo y le encanta ponerse a cantar el Happy Birthday o el Jingle Bells en medio de una explicación. Ayer me despedí de él y me soltó en un perfecto español “¡Adiós!”. Para comérselo.
Por supuesto, cambiando de tercio, todas las massis daban por hecho de que yo vendría de España con los deberes hechos y que a estas alturas el bengalí no tendría secretos para mí. Craso error, por supuesto; a mí se me habían olvidado las cuatro palabras que aprendí. Pero ellas como si nada. La primera Regina, claro. Con ella conseguí que una monja me tradujera. Pero con el resto, ni papa. Así que produje mi mágico “bangla boi” (libro de bengalí) y enseguida tuve tres massis alrededor mío gritándome palabras para escribir como si no hubiera un mañana, y yo cogiendo apuntes como una loca. Otra cuestión muy popular hoy ha sido la cantidad de tiempo que me iba a quedar. Regina ya la ha resuelto: you “panish” (Spain, en su idioma particular) no, you India!”. Ay Regi, con lo bien que se está aquí, ya quisiera  yo…

3 comments:

  1. Sara!! ya me lo imagino todo!! que suerte tienes de estar en Calcuta de vuelta, no sabes cuántas ganas tengo de estar ahí de nuevo....aprovecha mucho esta nueva experiencia!! Un beso grande

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  2. wow! me faltan las palabras (cosa rara:)... Dulika mon amour, Vicky... Nilam, las mashis... que tal Mina y Rita - aun ahi? me gustaria decir que les des los besos a todos & todas... pero se, que es imposible decirselo, hay que venir de persona... ojala' pronto... disfruta!!!!!

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  3. Cataaa venga vente, que esto esta lleno de compatriotas tuyos!!! Isa! La terrible Mina ya no es terrible y ahora me saluda siempre con una sonrisa, quien lo iba a decir!! Rita no se quien es... Neelam va a ser ya adoptada, y de los grandes muchos tambien, en breve!!!Se os echa de menos, eh?

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