Friday 16 March 2012

Tita Garh, la leproseria de Calcuta


Viernes, 2 de marzo

Bueno, a todo esto se me ha olvidado comentar que el martes hubo huelga. Y oye, yo firmo para que la haya todos los días. Que paz, que tranquilidad. Era huelga general, así que ni un taxi (= a cero bocinazos por la calle), la mayoría de los comercios cerrados con tres candados, y visto el panorama, las tres cuartas partes de las personas que normalmente cogen el tren para venir a Kolkata a trabajar decidieron abstenerse ese día. Benditas sean.
Newmarket, que tiene como cinco o seis bazares y que no cierra ni los domingos, estaba desierto. Tuve que dar un par de vueltas para encontrar un sitio donde comer. En Shishu ninguna de las massis hizo huelga, y coincidencia o no, ese día la Sister les repartió caramelos. Y ellas tan contentas, eh. O eso parecía, claro.
Una de las niñas, Noorjahan, esta ya en los últimos tramites de adopción. El miércoles iba a ir a la Passport Office, para arreglar su visa definitivamente. Me la encontré sentada en las escaleras, con la mirada fija al frente. Mira que le intente hacer bromas, pero nada; estaba muy preocupada, y con razón, la verdad; al fin y al cabo, su vida va a cambiar por completo en breve. Pero para el honorable juez que decide su caso no debe de parecerle tan importante, porque no se presento. Por lo visto es normal. Si al buen señor ese día le apetece mas irse a jugar a la petanca, pues allá se va sin complejo alguno ni cargo de conciencia. Hoy ha vuelto a ir la muchachina, a ver si ha tenido más suerte.
Por cierto, ya he dicho alguna vez lo complicado que es entender el inglish indio, verdad? Pues al teléfono ya es misión imposible. Estaba yo intentando reservar un vuelo a Tailandia (Si! Me voy a Koh Phan Gan a la Full Moon Party!!!) y no lo conseguía porque me pedían unos 48250349 códigos que yo no conseguía sacar. Total, que debieron de pensar que era subnormal perdida y decidieron llamarme por teléfono, que así era mas fácil conseguirlo (supusieron ellos, claro). 
JA. 
Después de dos minutos de conversación telefónica, yo estaba convencida de que iba a acabar sacando un vuelo directo a Cuenca. Encima la mujerica estaba toda ofendida porque yo no le entendía. Yo, compungida, le explicaba que es que era española y yo el ingles no lo dominaba muy bien (tenia que tener mucho tacto con ella, a ver si al final si que me mandaba a Cuenca). Y contra todo pronostico, este martes me voy a Bangkok. Por supuesto y para no romper la tradición, aun no tengo ni idea de cómo voy a llegar desde la capital hasta Koh-Phan-Gan (por no saber, no se ni situar esta isla en el mapa), pero Dios y las cuatro chilenas que ya están allí proveerán. El jueves como mucho tengo que estar allí, que es el gran día.
Y este pasado jueves fui por fin a Tita Garh, la famosa leprosería que fundo la Madre Teresa en Kolkata. Porque ya estaba feo venir por segunda vez y no dedicarle ni una mañanita. Así que bien tempranito cogimos el autobús que las sisters fletaban y tras una hora de accidentado viaje (no, sin mas, no os preocupéis, como siempre son en esta ciudad), llegamos a uno de los mil pueblecitos que debe de haber en esta ciudad. Tras las puertas de Tita Garh, un pequeño mundo organizado, como me explico una amiga mía. Y casi todo lo que se, por cierto, es por lo que ella me conto de su visita, porque yo no me entere de nada en la mia. Creo que hemos sido el peor grupo de la historia de visitas a la leprosería. Un hombre (indio, nótese), nos hizo una pequeña introducción al principio. El 90% éramos españoles, pero aun así, yo sigo pensando que lo que paso a continuación es por culpa de ese dichoso acento. El caso es que a cada dos palabras el hombrecito se tenia que interrumpir, porque todos preguntábamos al de al lado que estaba diciendo, y por grupitos intentábamos descifrarlo. Así que el pobre guía dedujo que debíamos de ser analfabetos profundos y nos hizo la visita llevándonos al trote por las instalaciones. Acabamos hora y media antes de lo previsto, no digo más.
Doy gracias porque las heridas mas recientes, las marcas de la lepra, estaban tapadas con vendas. Vimos muchas, muchas carnes afectadas por la maldita enfermedad. Yo había leído que te come toda la carne y al final te quedas sin lo que te haya atacado: un ojo, la nariz, una pierna. Se te cae y punto. Aquí se concentraban todos los casos. Vi gente sin orejas, o completamente ciegos, con el iris casi todo comido; abundaban las piernas ortopédicas dejadas en plan ‘casual’ por ahí en medio mientras trabajaban. Porque el principio de Tita Garh es que estos leprosos trabajan para ser autosuficientes. Todo lo que producen, lo venden. Los saris de las hermanas, las sabanas de los centros, pañales, cortinas, etc., son de aquí. Ellos mismos se fabrican las piernas ortopédicas y zapatos de cuero adaptados a sus pies (pueden tener una parte del pie carcomida), que en el mercado les costaría una fortuna; además tienen un súper huerto, piscifactorías (bueno, un par de estanques con peces dentro), un rebaño de cabras y tres o cuatro cerdos grandes como vacas (como vacas españolas, que serlo como las indias no tiene merito). También tienen una escuela para sus niños. Y es genial que sean autosuficientes, creo que ha sido una de las mejores obras que la Madre Teresa hizo aquí. Porque cuando coges la lepra, automáticamente pasas a ser un intocable, y tu vida se ha jodido para siempre. Mi amiga me conto que muchos de los habitantes de Tita Garh habían tenido que abandonar a sus familias, para que no se convirtieran ellos también en intocables.
Se sale con un sentimiento agridulce de este lugar.
P.D. Hoy Vicky, el niño hiperactivo, me ha mordido cual pitbull (el perro, que no el cantante), con todas sus fuerzas, en la cadera. Como no se soltaba, le he tenido que dar un guantazo en la cabeza que casi lo tiro al suelo. Tengo la marca de sus dientes todavía. Llevo todo el día sintiendo algo de rencor hacia el, pero al final casi me ha dado pena y todo, porque según las massis se han ido enterando de lo que había hecho, iban, le daban una torta en la boca, y le hacían decirme, ‘sorry Aunty, it won’t happen again’. Todo este proceso, del orden de siete veces. Luego alguien se chivo a la Sister, ella le riño y encima le dejo sin postre. Vaya día que se ha ganado el pobre.
P.P.D. L a Sister Mercy Mary ha vuelto a recordar en el desayuno de hoy que todo el mundo puede ir a misa, faltaría mas, pero que solo los católicos pueden comulgar, y que por favor los que no lo sean, se abstengan de ir a por la ostia y llevársela a casa como souvenir. Me ha parecido un poco surreal.

No comments:

Post a Comment